@geralguedezg

domingo, 26 de abril de 2020

Liderazgo Azul... de corazón a corazón

En este momento de aprendizaje para todos, se abre camino un modelo de liderazgo que hace algún tiempo venimos reforzando, de una forma u otra desde diversos espacios de aprendizaje - academia, empresa, organización civil -, que coloca en primer lugar a la persona, y como tal, requiere de mayor comunicación, credibilidad, firmeza y compromiso.

Este tipo de liderazgo nace en la esencia del espíritu, allí reside su fortaleza, su conexión; desde allí se enlaza con la mente, las emociones y el cuerpo, activando de esta manera la triada ser-hacer-tener, respetando la multidimensionalidad del ser humano.

En un encuentro #desdecasa, con dos seres humanos excepcionales, Sifu Rama y Don Manuel Mendez del Río, gracias al valioso aporte de La Montaña Azul, encontré el nombre de este modelo de liderazgo, de esta aproximación de liderarse y liderar desde el SER, el #LiderazgoAzul.

Desde mi reflexión personal, es la expresión verbal del hacer consciencia de nuestro poder creador y conector; del creernos que podemos ser fuente de crecimiento en equilibrio personal, profesional y ciudadano, en cada uno de los sectores en los cuales hacemos vida.

En distintas partes del planeta se está activando la idea que estamos en el comienzo de un nuevo período, un periodo con un nivel de conciencia más elevada, de unidad de la humanidad.  Desde esta frecuencia, comenzamos a revisar el propósito de nuestro liderazgo, abriendo espacios para conectarlo con fortalezas emocionales como la gratitud y la compasión; promoviendo objetivos de negocio que sustenten beneficios sociales y financieros, en la certeza de cuidarnos para cuidarme, honrando la existencia de todo ser vivo que desde su actuar, aporta al logro de un objetivo común: tener un mundo mejor para vivir.

Entre tanto, nos vamos dando cuenta el regalo que hemos recibido en esto de detenernos, teniendo momentos para respirar, para el desarrollo de la autoconciencia, para vivir la aventura de ir hacia adentro, de escuchar tu cuerpo, afinar tus sentidos, enlazarte con tus emociones; y por sobre todo, valorar las cosas sencillas de la vida que potencian exponencialmente la capacidad de vivir el presente, eso que tanto nos piden, el aquí y ahora.

Este regalo es el desarrollo del autoliderazgo, inicio de todo camino en el liderar a otros. Nuestro andar, nuestro hacer, invita a quienes nos acompañan a crecer juntos, es desde nuestra conducta que generamos confianza, credibilidad; desde nuestra congruencia, abrimos caminos para cómo familia, equipo de trabajo o comunidad, obtener beneficios, lograr resultados. 


Desde esta mirada que les comparto encuentro que no solo hay esperanza para el futuro, hay esperanza para un futuro diferente


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