Cuando estamos presentes, allí dedicados a escuchar, conectados con la mirada, con todo nuestro ser, suceden momentos mágicos, pasa el tiempo velozmente, deliciosamente.
Estar presentes al conversar, estar presentes en el escuchar, en tu caminar. Observando como niños, con curiosidad y alegría, ávidos por descubrir lo que viene, desde el disfrute de lo que somos, sonriendo, viviendo en plenitud.
Estar presentes, tomar el riesgo de reconectarte, vivir la aventura de ver hacia adentro, afinar los sentidos, sentir como la brisa saluda, como el sol se acerca, como el agua corre.
Estar presentes, sentir al otro, conocerte a través de su mirada, viviendo el momento, entregado, pleno, allí solamente allí.
Estar presentes, una decisión, un estado de conexión contigo mismo y con tu entorno, la manera natural de ser parte del todo, y que el todo sea parte de ti. Una fórmula mágica, con efectos inmediatos en tu ser; fórmula que sana, que relaja, que abraza.
Gracias por estar presente, en tu vida y en la mía.
