Existo porque tú existes

Caminando por distintas calles me encuentro caras con reflejo de alegría, tristeza, quizás a veces frustración, rabia... dependiendo de mi estado de ánimo me conecto con algunas y con otras no, somos un gran lazo de conexión entre todos, nuestros corazones, nuestra energía, nuestras emociones.

A veces se nos olvida nuestra condición, diría yo natural, de seres gregarios. De nuestra necesidad de compartir con otros nuestros espacios, ideas, alegrías, planes, retos; en resumen, nuestra vida.

Sin darnos cuenta, nos dejamos envolver por nuestras ocupaciones, nos sumergimos en nuestro micro mundo y olvidamos toda la maravilla que nos rodea, y como ese mundo influye en nuestro mundo.

Ese micro mundo que refiero es el que se construye con preocupaciones, con rutinas, compitiendo desde el ganar-perder; con la creencia que somos autosuficientes y que no necesitamos de otros para crecer y desarrollarnos. Se nos olvida cómo llegamos al mundo, como desde nuestra concepción como seres humanos estamos enlazados con otros seres humanos.

Cuando hacemos conciencia de esta conexión natural, necesaria y poderosa, nos reencontramos con nuestro poder interno, desde el reconocimiento de nuestra vulnerabilidad, nuestro valor y fuerza interna se recrea y revive.

Para mí el secreto es equilibrarnos entre nuestro mundo interior, nuestra esencia y nuestro yo con los demás, nuestro convivir con otros y sus mundos. 

Desde este equilibrio vamos danzando el ritmo de la vida, a nuestro tiempo, a nuestro estilo, combinando cuando deseemos los pasos con quienes nos rodean, existiendo para ti y para el otro #AquíAhora #TodosSomosUno