Hoy escribo como venezolana, buscando desde mi expresión,
contribuir desde mis palabras con el sentir de muchos que no tienen la oportunidad de hacerlo, compartir parte de esta vivencia que nos ha tocado transitar como país, como
familias, como hermanos.
Venezuela, para mi, el país mas hermoso del mundo, vive en
la actualidad quizá la crisis más profunda de su historia. Un proceso que no es
fácil de describir sin hacer contacto con emociones como la tristeza, la
frustración, la rabia y hasta para algunos la desesperanza.
Nos ha tocado un proceso de aprendizaje profundo, retador. A
veces le buscamos explicación, hemos encontrado teorías que nos muestran el
porque llegamos hasta este punto de quiebre, un colapso total de las
instituciones en todos los ámbitos, social, político, económico, humano. En
otros momentos nos centramos en señalar a los responsables, según el criterio
de cada quien, de los momentos vividos, y ya cuando se van acabando las
historias, entramos en una profunda inquietud que en muchos casos cierra con la
pregunta ¿Hasta cuándo?.
Cada uno de nosotros tiene su versión de esta vivencia, cada
venezolano observa su realidad desde su experiencia, desde su identidad.
Algunos están profundamente enojados con su tierra, con sus habitantes. Otros
se conectan solo con nuestras bellezas naturales, o con nuestra historia pasada. Cada
quien va llevando este proceso como mejor puede y está bien, cada versión es
tan real como lo es nuestra interpretación de la vida.
Hoy me duele ver las noticias, leer los comentarios,
escuchar las conversaciones. Me duele ver cómo han ido desapareciendo las
sonrisas. Por momentos siento el riesgo de la desesperanza, allí recuerdo,
somos lo que creamos; y decido crear para mi, mi versión de Venezuela.
Mi Venezuela es mi familia, mi Venezuela es mi infancia, mis
amigos, mi recorrido por la vida, mis sabores, mi música, mi baile. Mi
Venezuela son mis playas, mis montañas, mis árboles, mi Araguaney.
Cierro mis ojos y allí esta, libre, radiante, hermosa. Sé
que pronto abriré mis ojos y la estaré recorriendo de nuevo desde su alegría,
desde los reencuentros, desde el amor de cada uno de los que estamos construyendo
un camino para su reconstrucción.
Cierra tus ojos, siéntela. No importa
donde estés, envíale tu amor, envíale tu luz. Ella, nuestra patria, al
recibirlo, lo hará llegar a quienes más lo necesitan, dentro o fuera de sus
fronteras. Todos, cada uno de los que nacimos en esta hermosa tierra, estamos conectados a través de la espuma, de las garzas, de las rosas, del sol. Todos somos parte de su historia, constructores de su futuro.
Soy Venezolana, soy tricolor, soy araguaney, soy turpial,
soy orquídea.
#SoyVenezolana, orgullosa de mi historia, aprendiendo de mi
presente, construyendo mi camino.
#DiosBendiceAVenezuela
No hay comentarios:
Publicar un comentario