Hace algún tiempo leí un libro con este título, una maravillosa entrega de crecimiento de la autora que aporta a quien lo lee un espacio de reflexión personal.
Hoy tomo esta referencia para mostrar lo que acabo de sentir al ejercer mi derecho a expresarme civil y pacíficamente por el país que quiero. El ambiente de alegría, solidaridad, ciudadanía y democracia que evidencié confirma nuestra voluntad como país de volver al amor.
El amor a nuestra tierra, el amor a nuestra gente, el amor a nuestros recursos... ese amor que admiro en cada espacio de apoyo entre ciudadanos, en cada aporte a la reconstrucción de nuestra civilidad.
Gracias Venezuela por mostrarnos tanto amor, por hacernos parte de esta historia, por confirmar que somos y seremos el mejor país del mundo.
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