Hace
unos días leí un artículo donde se afirmaba "Es mejor arriesgarse y perder
que no arriesgarse nunca…. los que se arriesgan - con inteligencia - son
aquellos que viven una vida más intensa”; me quede con esa frase,
reflexionando sobre su significado, desde nuestro día a día, como seres
humanos.
Cuando
escuchamos hablar de riesgos, nuestro primer impulso es salir corriendo en
dirección opuesta. Casi todo el mundo prefiere "ir sobre
seguro" en las decisiones que se toman; o al menos tener la ilusión de
seguridad al tomarlas, creyendo que somos capaces de evaluar todas las
alternativas y sus consecuencias.
La
vida es riesgo por su propia naturaleza, es un cambio constante, y cada cambio
nos trae riesgos, propios de la adaptación al cambio; entonces por naturaleza
vivimos en riesgo, solo que asignamos valores diversos a las decisiones que
tomamos o las situaciones que vivimos con base en lo que creemos controlamos.
Naturalmente,
riesgo no es lo mismo que temeridad; todos tenemos alguna referencia para discernir
y distinguir lo que es bueno o malo. El significado de la palabra riesgo, proveniente del árabe clásico, nos
da luces y nos inspira para acercarnos a él…“lo que depara la providencia”.
Cambiar
de profesión, mudarte de ciudad, tener el coraje de decir a alguien que le
queremos, iniciar una nueva relación de amistad o de pareja, son riesgos que pueden
parecer absurdos, pero que quizá deberían recetarlos los médicos y nosotros comenzar
a practicarlos más a menudo. Cuando tenemos el valor de seguir los
dictados del corazón, nunca nos equivocamos, sea cual sea el resultado.
Posiblemente
no tengas al principio el resultado que habías previsto, basado en los
elementos que tenias en tu espectro de control; mas quizás “la providencia” te
tenga reservada una gama de sorpresas, que al cerrar los ojos y lanzarte al
vacío, te das cuentas que tienes unas hermosas alas para volar y tomar ese
rumbo hacia el infinito, hacia el cielo, hacia ese lugar que has soñado y no
creías poder llegar.
¿Cuáles
son los riesgos que te asustan? ¿Qué riesgos crees que corres? Si
crees que corres algún riesgo, detente un momento y escucha lo que dice tu
corazón, tu intuición o tu voz interior antes de decidirte a asumirlo. Desde allí,
en silencio, conéctate con el poder de realizar tus sueños y vuela a encontrarte
con ellos.
2 comentarios:
Me ha encantado el post. Era el soplo que necesitaba para levantar el ánimo. Me quedo con esta perla: "Cuando tenemos el valor de seguir los dictados del corazón, nunca nos equivocamos, sea cual sea el resultado". Gracias! :)
Mil gracias por compartir!
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