@geralguedezg

viernes, 4 de junio de 2010

Y tu....¿qué haces con tu tiempo?

Esta pregunta me la he estado haciendo desde que inició este maravilloso año 2010... ¿Qué estoy haciendo con mi tiempo? ¿Qué pasa que ando a una velocidad marcada por compromisos profesionales, sociales, familiares... y mi compromiso conmigo qué? ... tanto que llegó a mi mente en una conversación con una querida amiga esta famosa frase de Quino- Mafalda paren el mundo que me quiero bajaaaaar”... ¡cuántas personas estamos en esto!
Pues para estas personas y para mi va esta reflexión, podemos decir que es una conversación abierta con todo aquel que quiera aportar un espacio para aprender a avanzar despacio para llegar antes, aprender a realizar las cosas al ritmo correcto, a veces rápido, otras lentamente; atender los detalles y retomar los valores esenciales de nuestro disfrute personal, nuestra familia, amigos, tiempo libre, en resumen vivir el único tiempo real que es el presente.
Es tan simple, que desde allí se vive la complejidad... El tiempo es el recurso más democrático. La diferencia está en cómo lo empleamos. Todo nos invita a vivir acelerados, casi esclavos del reloj, de las citas, de la agenda... y me pregunto yo... ¿Es necesario vivir acelerado? ¿Se disfruta? ¿Por qué nos seduce esa cultura? ¿Para qué tanto apuro?...
Hoy, existe el movimiento llamado Slow Life, que aspira a desacelerar el ritmo frenético de la vida moderna. Su credo: darle tiempo al tiempo para vivir más despacio. Esto nos permite realmente saborear el momento, y aquí no puedo dejar de compartir una frase célebre de mi hijo a sus cuatro años “voy a abrir mi boca para saborear la frescura del aire”, ¿algo más desacelerado que esto?
Esto no significa pasividad, sino una redistribución de nuestra energía vital hacia valores y actitudes fundamentales con el fin de alcanzar una mejor calidad de vida. El foco de nuestra atención, por lo tanto, estará en ser selectivo en el tiempo dedicado a nuestras actividades, lo que redundará en beneficios tales como:
  • Reducción del estrés.
  • Mejor salud física, emocional y mental.
  • Relaciones intimas más profundas y de calidad.
  • Mayor conexión con nuestros sentidos, con nuestro cuerpo.
  • Mayor disfrute de la belleza natural que nos rodea.
  • Mayor creatividad, productividad y habilidad para mantenernos enfocados.
Para ajustar la velocidad no tenemos que cambiar todo de la noche a la mañana, basta con tomar conciencia de cual es tu ritmo actual y cuales melodías quieres editar, revisando elementos tales como el tiempo que le dedicas a disfrutar de la comida, de una buena conversación, del ambiente que te rodea, de la sonrisa de quienes tienes cerca, de tu cercanía con los demás; manteniendo los compromisos, proyectos y actividades sociales bajo control; tomando un tiempo para, simplemente, disfrutar del silencio y estar a solas con tus pensamientos. Esto te permite centrarte y serenarte en mente, cuerpo y espíritu.
¿Y cómo lo comenzamos a hacer?, desde aquí comparto con ustedes algunos consejos recopilados en este aprender y buscar:
  • Respeta tus horas de sueño, necesitamos dormir por lo menos entre 6 u 8 horas. El sueño es la actividad reparadora psíquica y física por excelencia.
  • Complementa tu dieta con un alto contenido en frutas y verduras.
  • Practica un hobby que te dé tranquilidad; por ejemplo: hacer Yoga o relajación, pintar, escuchar música, leer poesía, cultivar el jardín, etc...
  • Realiza actividades físicas moderadas, tales como caminar o nadar, por lo menos tres veces a la semana.
  • No satures tu agenda de actividades, todo tiene su tiempo, ¡disfruta de estar vivo!
  • Realiza una actividad a la vez, no varias al mismo tiempo.
  • No mires el reloj a cada rato, de ser posible, dale vacaciones al reloj pulsera uno que otro día a la semana. Los fines de semana no pongas el reloj despertador, despiértate a la hora natural "solicitada" por tu organismo.
  • Come despacio, saborea los alimentos ante de ingerirlos.
  • Cuando estés de vacaciones disfruta tranquilamente sin comprometer todos los días en múltiples y agotadoras actividades, unos días corriendo, otros caminando.
  • Deja tiempo en tu agenda diaria para estar con personas que quieres o realizar actividades que te generen placer.
Yo voy a comenzar a realizarlo... ¿me acompañas?